Ser rey del transporte público tiene más beneficios de los que crees: Descubre por qué manejar menos, es bueno para ti y para el planeta.
Ahora no tienes vehículo propio, puede ser que, en casa, solo exista uno y esté en manos de tu pareja, (si tienes una). Tal vez no te guste manejar o simplemente sea una consecuencia de ciertas circunstancias económicas: no has tenido la posibilidad de adquirir uno o tuviste que salir del que tenías. En cualquiera que sea el caso ¡Alégrate! Estás haciéndole un bien al planeta y el planeta no solo está feliz por él, ¡sino también por ti!
Los automóviles utilizan derivados del petróleo para moverse y dentro del motor se realiza una reacción química al quemarse el combustible, el resultado de esta es contaminante. Por más bien sincronizado que esté tu motor, y mejor estado mecánico en el que se encuentre, siempre deja de quemar una parte de hidrocarburos que, al ponerse en contacto con la luz ultra violeta del sol se convierte en ozono.
Todas esas son malas noticias para el ambiente, sobre todo cuando lo multiplicas por cada auto que ves en la autopista. ¿La parte positiva? Si quieres colaborar reduciendo estas emisiones existen muchos beneficios para ti:
- No tener carro, hace que te muevas más, sea en bicicleta, caminando a la estación o corriendo detrás del autobús en caso de que estés tarde. ¡Prepárate a quemar calorías!
- Estarás más alerta, no tener un vehículo hará que estés más pendiente de tu entorno, podrás disfrutar de la naturaleza y de interesantes conversaciones con desconocidos, todo sin perder la atención en la parada en la que te toca bajarte.
- Contarás con extra tiempo para atender llamadas, textos, emails e incluso para ponerte al día con tu libro de turno.
- Conseguirás ahorrar en gastos de gasolina, reparaciones mecánicas y estacionamiento.
- No gastarás en compras superfluas, si no puedes cargar con ellas.
Si el transporte público no es completamente de tu agrado, puedes tratar de organizarte con otros padres para que se compartan el transporte de los chicos al colegio y en el trabajo organiza un car-pool con colegas de tu área.
Las claves son: volverse cooperativo y universal. Si todo abrimos los ojos y nos damos cuenta del mal que le hacemos al planeta en el que vivimos y el estado en el que estamos dejándolo a generaciones futuras; nos sentiremos más comprometidos con actuar mejor, así sea con pequeñas acciones, en casos como este todo cuenta.