Es un personaje querido y pintoresco de Miami. Siempre rodeado de sus loros, trabaja en centros comerciales y fiestas haciendo pasar un buen rato a los turistas que se sacan fotos con sus animales.
Gracias a él, conocemos los rostros de las personas que son juzgadas en Miami. Sus caricaturas ilustran lo que sucede en la sala y que recogen los periódicos.