VIDA Y SALUD
Una entretenida serie de docu-ficción en la que el equipo médico de un hospital se enfrenta a casos de los que aprenderás mucho.
LUNES A VIERNES
ET/PT
6PM
3PM
¡Año nuevo, casos nuevos! Tus doctores favoritos están de regreso. Disfruta de la nueva temporada de Centro Médico.
Conoce a los personajes de Centro Médico
Brillante, pero fría en el trato personal. Es una de las doctoras más experimentadas. Respetada por todos sus compañeros, es médico internista, pero se le derivarán especialmente los casos de traumatología y ortopedia que lleguen al hospital. Natalia es brillante, profesional y resolutiva. Con sus pacientes es distante, algo seca, en apariencia poco empática y muy mandona. Es el clásico médico que te atiende correctamente en el trato personal, pero que marca distancias. La experiencia y un hecho traumático en el pasado, le han llevado a la convicción de que un buen médico no puede implicarse emocionalmente con sus pacientes.
La experiencia unida a una sonrisa como estilo de vida.
Metódico, sereno y pragmático, está especializado en oncología. Es el médico de más edad del grupo. Respetado por todos, suelen acudir a él para pedirle una segunda opinión.
Dada su especialidad, suele atender casos muy graves y está tan acostumbrado a lidiar con la muerte, lo que le ha llevado a relativizar muchos aspectos de la vida. Da demasiadas malas noticias para saber que no merece la pena preocuparse por “nimiedades”. Vitalista y siempre con una sonrisa, transmite confianza y tranquilidad.
Diego tiene dos pasiones: la medicina y su familia. Casado, con un hijo de cuatro años y otro de apenas unos meses, le gustaría poder compartir más tiempo con ellos, pero el trabajo en el hospital no entiende de horarios. El Doctor Herranz atiende a todos los pacientes con problemas neurológicos. Un doctor comprometido, amante de las normas y el protocolo hospitalario, y poco dado a la improvisación. Trata a los pacientes con cierto paternalismo, sin darles toda la información para no asustarles innecesariamente antes de tiempo.
Doctora joven y entusiasta con una enfermedad crónica: Diabetes Mellitus tipo 1. Cada día se ve obligada a pincharse insulina y sabe los riesgos que puede acarrear esa enfermedad por lo que vive con pasión cada momento.
El mejor expediente de la carrera, un cerebro privilegiado. Entusiasta, vital, optimista. Le encanta el trato personal con los pacientes, se implica emocionalmente, no le avergüenza mostrarse incluso cariñosa con algunos de ellos. Su actitud ante la vida y en su profesión, choca diametralmente con el de su compañera la Dra. Natalia Romero.
El nuevo doctor de ascendencia magrebí, apenas lleva dos o tres meses en el hospital.
Con un gran sentido del humor, es cercano y amable. Es muy buen profesional, pero se siente algo inseguro al ser su primer año. Por eso suele diagnosticar muchas pruebas para no dejar nada al azar. Es franco y le gusta que lo sean con él. Por esa razón no se reserva ninguna información y habla claramente con sus pacientes. Igual que la mayoría de sus compañeros, es médico internista, aunque atiende sobre todo en los casos de enfermedades cardiovasculares.
Fue una residente que se ha ganado a pulso su puesto fijo en el hospital. Es joven y tiene un aire tierno, que en parte le proporciona su falta de sentido del humor: se lo toma todo muy en serio, en lo profesional y en su vida privada. Es algo tímida, y precisamente por eso, a veces demasiado espontánea e impulsiva. Su referente profesional es el Dr. Blanco, con el que tiene una cálida amistad. Con los pacientes, al ser más empática y sensible que la Dra. Romero o la Dra. Rey, por ejemplo, se implica más de lo que debería y termina sufriendo.
Lucía es amable, solícita, positiva y con una sonrisa siempre en la boca. Inteligente e intuitiva, la psicóloga es capaz de percibir casi ipso facto el estado emocional de una persona y la mejor manera de abordarle para ayudarle en su problema, ya sea psicológico o emocional. En definitiva, Lucía es de aquellas personas que siempre tienen la puerta abierta para escuchar, aconsejar y apoyar a una persona, a pesar de que ella esté, en ese momento, pasando por un momento peor.
Es un médico brillante, aunque actualmente centra más su carrera en labores de gestión. Es uno de los directores de hospital más prometedores, lo que le hará chocar con todos los doctores, pues su objetivo máximo será la optimización de los recursos del hospital. Es un hombre muy inteligente y capaz. No se preocupa por disimularlo y despreciar a quien considera menos listo que él, es decir a prácticamente todos. Así que los doctores y enfermeras no solo sufrirán sus duras medidas de gestión, sino también su trato duro, tajante y, a veces, insultante.
Clara es la encargada de hacer la primera evaluación a los enfermeros que llegan por urgencias y asigna a cada uno de su nivel de prioridad.
Con casi 20 años de experiencia, ha visto de todo en el hospital. Por eso se desenvuelve en él como su segunda casa y trata a los pacientes con sencillez y familiaridad.
Para los doctores es más que una enfermera: es un referente. No tendrán problema en consultar con ella cualquier duda durante la exploración.
Tiene un excelente trato con los médicos, pero mantiene una amistad más profunda con Javier Blanco, quien le operó en su mastectomía y sigue tratándola durante sus revisiones periódicas.
Pepa es una enfermera de 35 años que ha trabajado desde que terminó la carrera. Es cariñosa, educada y cálida con los pacientes. Profesional y organizada, no se salta ni un paso en el protocolo médico.
Su preparación va más allá de los años de carrera y su experiencia profesional, ya que en sus vacaciones colabora con multitud de ONGs en distintos países. Decidió que quería ser enfermera a los 11 años, cuando su madre le dijo que tenía cáncer. Durante los siguientes 5 años, Pepa convivió con la enfermedad y aprendió cómo ayudar a su madre a sobrellevarla, lo que la ha llevado a ser muy empática con el dolor ajeno, con los pacientes que sufren.
Es un chico de 26 años, el celador del hospital. Nunca le interesó la medicina ni la enfermería. Para él su trabajo es como cualquier otro, gana un sueldo que le permite salir los fines de semana y mantener la boca cerrada a su padre. Atractivo y enigmático, Jorge da la sensación de ser el típico chico que ha llegado al cenit de su vida personal y profesional. Sin embargo, un día alguien en el hospital lo hará caer en cuenta de que su trabajo es algo más que llevar viejecitos en una silla de ruedas. Puede que, sin saberlo, Jorge esté más cerca de su verdadera vocación de lo que él creía.
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